Ahora, a principios de año, estoy colaborando con una empresa en el
diseño de programas de incentivos para sus vendedores. Nos damos cuenta
con los directivos que trabajamos lo fácil que es gastar una pequeña
fortuna en concursos de ventas y programas de incentivos destinados a
motivar, estimular y revitalizar el equipo de ventas. Sin embargo,
también debatimos que estos programas, que pretenden motivar, pueden
llegar a causar el efecto contrario, que penalicen, que ‘acusen’ (a
quienes no logran llegar) e incluso que lleguen a desmotivar.
A veces el problema no es la estructura de la competición en sí, sino la forma en que se configuran las reglas de juego.
La línea de salida o tee box
Cuando
se diseña un concurso de ventas competitivo, hay que tener en cuenta el
punto de partida de cada vendedor/a individual. Con esto quiero decir
que tenemos que considerar la experiencia, las habilidades, los
promedios de cierre y base de clientes de cada vendedor en el diseño de
un concurso que sea equitativo.
Si lo basamos puramente en el concurso de la línea final del Excel (de la línea de putt
en golf) el total de ventas cerradas, los/las vendedores/as que tienen
más experiencia y clientes, de los que pueden incluso obtener
referencias, tienen una ventaja injusta sobre los/las vendedores/as más
recientes, es decir los miembros del equipo con menos experiencia.
Para
muchos de los/las vendedores/as con menos experiencia, tal desventaja
puede parecer insuperable. Cuando esto sucede, se crea una situación en
la que algunos miembros del equipo de ventas no tratan de ganar o
incluso competir en el concurso. De hecho, se sienten rechazados, lo que
causa una mentalidad anti-productiva. Al mismo tiempo, debido a una
competencia laxa, los/las vendedores/as ‘superiores’ también operan a
menor de rendimiento.
Un sistema de compensación: el hándicap
Y, derivado de la afición de mi cliente por el golf, hemos dado con un
método para que todos los vendedores tengan las mismas oportunidades, a
efectos de competencia: Tener en cuenta el promedio de cierre de cada
vendedor y diseñar el concurso para que los que tienen un porcentaje de
cierre inferior puedan competir con las mismas ganas e ilusión.
A
modo de ejemplo, para el/la vendedor/a que tiene un promedio de cierre
del 20%, para ganar o conseguir una posición alta en el concurso, tiene
que cerrar 4 ventas.
Entonces, para el/la vendedor/a con un
promedio de cierre más alto, supongamos el 25%, tal vez él o ella tengan
que cerrar 5 ventas para colocarse en el mismo lugar.
Win-Win, todos ganan!
Con este método, que se llama hándicap en golf (ORC o IRC en el rating
de vela) cualquier nivel del personal de ventas podrá competir con
ganas y mejorar sus resultados. El/la vendedor/a con el promedio de
cierre del 20% tendría que completar 20 presentaciones de ventas o
intento de cierre para conseguir las 4 ventas. Sin embargo, el vendedor
con la mayor tasa de cierre del 25% también tendría que completar 20
intentos de cierre, para conseguir 5 ventas! Esto crea un incentivo para
que todos los/las vendedores/as se orienten a realizar un esfuerzo
mayor, independientemente de su nivel de habilidad. Además, se da a la
gente nueva en ventas las mismas oportunidades si trabajan lo
suficientemente duro.
Si le parece interesante este sistema y lo
decide utilizar en el largo plazo, entonces también puede crear un
sistema de bonificación, premio o incentivo para premiar a los/las
vendedores/as que mantienen el hándicap más bajo. Esto le
permitirá nivelar el campo de juego con un sistema de compensación y ver
como más vendedores/as consiguen acabar bajo par!
Felices ventas en 2013!
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