lunes, 6 de noviembre de 2017

GESTIÓN DEL TIEMPO Y PRODUCTIVIDAD PARA VIVIR MEJOR

 

Para gestionar nuestro tiempo, mejor usar una brújula que un reloj

«Si un profesional no es capaz de gestionar su propio tiempo, no podrá gestionar ninguna otra cosa » PETER F. DRUCKER”

A veces y, especialmente cuando estamos con problemas de tiempo, desearíamos que el tiempo fuera como un chicle y lo pudiéramos estirar y encoger a nuestra conveniencia. En esta entrada intentaré proporcionaros una primera aproximación de las herramientas que os permitan hacer cosas efectivas para administrar efectivamente vuestro tiempo, y aunque yo saco un gran rendimiento en mi administración del tiempo, aún no conozco fórmula mágica alguna. Sin embargo, en los cursos de Gestión Eficaz del Tiempo que facilito desde hace unos años a empresas tanto PYME como multinacionales, (y en el Executive MBA de la UB desde 2015) procuro siempre proporcionar herramientas, consejos, trucos, ideas, ejercicios y más para que los participantes de estos cursos y talleres aprendan a administrar su tiempo de forma tan efectiva que no necesiten ya que el tiempo sea como un chicle.


A menudo en los cursos de ventas y otros de desarrollo de competencias, algunos participantes me dicen que todo lo aprendido está muy bien, pero que no saben si lo podrán aplicar en su día a día y oigo expresiones como: «No tengo tiempo’,» no puedo hacerlo todo’, «no llego a hacer lo que querría hacer’,» tengo demasiado trabajo y poco tiempo para hacerlo”, «debo hacer demasiadas cosas”, etc. Todo eso son indicadores de una mala gestión de nuestro tiempo. El tiempo es un recurso que se nos ha dado a todos por igual y, en cambio, parece como que algunas personas están más o menos capacitadas para hacer un buen uso de éste. Intentaré explicarlo bajo mi experiencia y aprendizaje, pero antes, veamos cuatro consideraciones hacia el factor tiempo

1.   El tiempo, como cualquier otro recurso, es limitado; por tanto, hemos de aprender a gestionarlo de manera óptima.

2.   La forma actual de organización de cada persona es el resultado de hábitos incorporados a lo largo de nuestra vida; para optimizar la gestión del tiempo tendremos primero que modificar alguna de estas costumbres.

3.   Trabajar por objetivos es la mejor de las maneras de optimizar el tiempo disponible.

4.  Aplicar metodologías de trabajo orienta la propia actividad y permite ser más eficaz respecto al tiempo disponible.

¿Como podemos gestionar el tiempo de manera óptima?
El tiempo es nuestro principal patrimonio, hay que estar de acuerdo con eso. Somos tiempo y sólo tiempo (yo ahora soy X años, mi hija es X años y mis padres y algunos amigos ‘ya no son’ , ¿como estar seguro de que yo seré X más Y años?). Siempre pongo el mismo ejemplo: ‘si nos roban un móvil que nos han dado en el trabajo y que si se lo pedimos a la empresa mañana nos lo volverán a dar, así y todo nos enfadamos,  sentimos que nos han hecho una ‘faena’ ¿pero porqué no nos preocupamos si nos roban el tiempo?’ Si llegamos a viejos, seguro que un día lo que nos preocupará será haber regalado tan tiempo. Por eso tenemos que gestionarlo llenándolo de cosas que nos sean útiles. Para nosotros sobre todo y para las personas que queremos.
Aprender a gestionar el tiempo significa aprender a gestionar nuestra vida, nuestras relaciones, nuestro trabajo, nuestras reuniones y el resto de actividades profesionales que nos toca hacer cada día. Tomando las decisiones adecuadas a cada momento y no regalando el tiempo a los denominados ‘ladrones del tiempo’ o ‘cronófagos’.

¿Cómo deshacernos de nuestros malos hábitos?

A nuestros malos hábitos y con la tendencia a culpabilizar a los demás de estos hábitos, les denominamos ‘ladrones del tiempo’, y estos ‘ladrones del tiempo’ pueden ser (entre otros):
  • La ausencia de objetivos y de planificación
  • Tendencia a pensar que lo más urgente es lo más importante
  • No saber decir NO
  • Falta de disciplina, método
  • Desorden, poca organización (parches a nuestra mala organización: trabajar más horas y /o más rápido)
  • No saber delegar
  • El uso incorrecto de las nuevas tecnologías
  • Convocar y / o participar en reuniones que no nos aportan valor
  • Y podéis añadir los vuestros… la lista es larga …

Para modificar estos hábitos, un primer paso es liberarse de nuestras creencias limitadoras en el sentido de creer que estamos penosamente dotados para gestionar nuestro tiempo: «Yo no puedo hacer más», «Yo soy muy desordenado/a», «yo no se decir no”, «no es culpa mía, son los otros”, etc. Romper este sentimiento de esclavitud del tiempo es modificar esas creencias que no nos permiten planificar y organizar las actividades laborales y personales de forma efectiva.

Y ¿Cuál es la razón de nuestro éxito en la vida? ¡Trabajar por objetivos!

Los objetivos han de ser la razón principal de nuestra gestión del tiempo. Pero … ‘¿Cómo puedo encontrar tiempo para hacerlo todo?’. Pues … no hay que hacerlo todo. Hay que hacer aquello que nos hace obtener los resultados que necesitamos para alcanzar los objetivos que queremos. Este es el punto de partida de una buena orientación a resultados, es decir de una buena gestión de nuestro tiempo.
Trabajar por objetivos permite alcanzar nuestras metas relacionadas con las necesidades, los intereses, las responsabilidades laborales … propias. También nos debe ayudar a dirigir y concentrar las energías y las acciones hacia estos objetivos. Y nos mantendrá centrados en lo que debemos hacer y en lo que hemos de rechazar. Claro que antes tendremos que definir nuestros objetivos de forma clara, específica, que se puedan medir y que nos motiven en forma de reto.
¿Qué metodologías podemos aplicar?
Debemos ir aplicando aquellas metodologías que nos vayan dando un mejor resultado que lo que estamos haciendo ahora. En principio no han tantas limitaciones como creemos y mejorar sensiblemente nuestra gestión del tiempo, yo veo principalmente estas cinco:

1. Plantearse la actividad laboral. Y también la personal: en términos de objetivos en vez de tareas, fijando objetivos clave. Metas y sub-metas. 

2.   Planificar: las cosas ocurren cuando alguien hace que pasen.

3.   Priorizar: generar el hábito de saber en cada momento lo que más nos interesa.

4.  Programar: Agenda diaria vs agenda a largo plazo ‘la cuenta atrás’.

5.  Delegar: no hacer aquello que no nos aporta valor y hacer lo más importante para nosotros.

Conclusión
Todo lo que os puedo decir para ayudaros a saber cómo gestionar con efectividad vuestro tiempo no cabe en un artículo, de hecho se han escrito muchos al respeto y todavía se están escribiendo (y libros…uff!). Por eso es útil asistir a cursos y talleres como los que diseño para empresas y en lel Executive MBA de la UB desde 2015,  el último, os lo adjunto en este link de Slideshare para ayudar a aquellos por los que el tiempo es un problema por no saber cómo gestionarlo!

En el taller os podré facilitar herramientas de aplicación práctica: un decálogo de políticas personales y de empresa para optimizar el tiempo; trucos para gestionar llamadas, correos electrónicos, visitas…, y también de tecnologías de nueva tendencia: la «rueda de Deming’; el método «GTD” de David Allen; el de Avis «Stop-Start-Keep”; el sistema «ABC’.. Todo para que podáis diseñar un plan de empresa o personal al acabar las jornadas.
Y os aconsejo no hacer como aquellas personas que, necesitadas de mejoras en su gestión del tiempo no han podido venir…¡Por falta de tiempo!
También podéis contactarme y juntos podremos organizar en vuestra empresa un curso/taller a vuestra medida, os prometo que serán las horas mejor invertidas de vuestro tiempo!
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Creatividad para llegar a quien toma las decisiones de compra


Estoy facilitando unos talleres de 'Venta retadora y Negociación win-win' a equipos de alto rendimiento en venta de nuevas tecnologías, transformación digital e IOT. Como su perfil es eminentemente técnico, no se sienten cómodos/as en una venta más 'challenger' y no siempre saben como pasar del 'abominable hombre del no' (el que puede decir no, pero no puede decir sí, ya he hablado antes de esta figura) y así se enfrentan a un responsable de compras que solo tiene en cuenta el precio. Lo ideal sería contactar con todos los innfluenciadores de compra del servicio, sobre todo aquel que toma la decisión de VALOR y no la del PRECIO. Pero ... ¿A que a veces te parece imposible llegar a quien toma las decisiones?

miércoles, 1 de noviembre de 2017

AMOR-ODIO, TÚ ELIGES COMO QUIERES SENTIRTE

NUESTRO BIENESTAR ES PRODUCTO DE AQUELLO QUE SENTIMOS

A estas alturas, con todo lo que hemos vivido y sabemos, podemos entender que nuestro bienestar depende de la forma en que gestionamos nuestras emociones, ¿cierto?. Si algo nos causa tristeza, miedo, ira, asco, sorpresa o felicidad (las seis emociones básicas según Paul Ekman) nos generará una actitud ante las cosas que debemos hacer y, por tanto, haciendo una cosa u otra, obtendremos un resultado u otro en función a como hemos gestionado o no  nuestras emociones. Hasta aquí, entendible. Pero ¿qué pasa cuando son las emociones de nuestro entorno las que condicionan nuestra actitud, nuestros actos y por tanto nuestros resultados? Veamos …En estos días (octubre/noviembre de 2017) los hechos de la política nos han superado. Nuestras emociones se han disparado y en el colectivo al que creemos pertenecer (necesidad de pertenencia, según Abraham Maslow), nos hemos arropado en la fría noche y ondeado la bandera en el día cálido. Lo importante es, al parecer, no pensar por nosotros mismos, no encontrarnos con nuestras propias emociones de frente y no ahondar en ellas para comprender su origen o justificar su exceso. Sí, «el corazón tiene razones que la razón no entiende». Por eso, no nos ponemos a trabajar mucho en nosotros, es más fácil dejarse llevar y unirse a una de las dos corrientes existentes: amar lo que nos es cercano y propio y/o odiar aquello que -entendamos o no- nos es ajeno.

La gestión positiva de tus emociones como hábito de pro-actividad hacia buenos resultados y bienestar

Aquellos que aman (sus creencias, sus ideas, su proyecto, …), llenan de energía positiva sus actos. Su actitud es la de explicar y querer contagiar de su ilusión a los demás, al mundo entero. Sus acciones son las propias de personas pro-activas (primer hábito de la gente altamente efectiva de Stephen R. Covey) y centran sus esfuerzos en el círculo de influencia, se ocupan no se preocupan. Se dedican a las cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo. Su energía es positiva, se amplía y aumenta, lo cual conduce a la ampliación de su círculo de influencia y, por tanto, hacen más cosas y mejores y así obtienen mejores resultados. Esto les produce bienestar, pues su foco está en lo que consiguen hacer con sus vidas y no en lo que no alcanzan (ya lo harán si les conviene)

La gestión negativa de tus emociones como impedimento a la creación de buenos resultados (y por tanto, malestar)

Por otra parte, las personas que odian, suelen ser reactivas, centran sus esfuerzos en el círculo de preocupación. Su foco se sitúa en los defectos de otras personas, en los problemas del medio y en circunstancias sobre las que no tienen ningún control. De ello resultan sentimientos de culpa y de impotencia (malestar). La energía negativa generada por ese foco, combinada con la desatención de las áreas en las que se puede hacer algo, determina que su círculo de influencia se encoja. El resultado es que no se sienten bien, que cada vez se sienten peor y que no obtienen aquel bienestar de cuya ausencia culpan a los demás.

Oriol Pujol Borotau 


Si extrapolamos este planteamiento a la situación socio-política actual, puede que el enfoque de amar aquello que defendemos (pro-actividad) y no odiar a aquello que despreciamos (reactividad) nos ayude a centrarnos en nuestro círculo de influencia, a adoptar una actitud positiva y esforzarnos por mejorar las cosas que están bajo nuestro control. Así, aceptando que no todos pensamos lo mismo y que mi actitud se centra en reforzar con buenas palabras mis ideas y creencias y no insultar, no despreciar y no mentir sobre aquello que creen los otros, pueda construirme un espacio personal de bienestar al margen del espíritu feroz del colectivo que ya no me arropa ni ondea su bandera en mis tardes de domingo (cuando esto escribo)

¿Quieres mejorar tus sensación de bienestar? Elige amar en lugar de odiar, elige ocuparte y no preocuparte. Cuando trabajamos en nuestro círculo de preocupación  en lugar del de ‘ocupación’ o influencia, otorgamos a cosas que están en su interior el poder de controlarnos. No estamos tomando la iniciativa pro-activa necesaria para efectuar el cambio positivo. 


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